CAPITULO 16: PONCHO ( PARTE 2 )

Mis ojos escocían, sentía una presión insoportable en las muñecas y un policía forcejeaba por ponerse encima mía, gracias a mis amigos los Annunakis, Don Juanjo salió de su asombro y artículo unas palabras:

- Yo... mi mujer... el se tropezó. - Don Juanjo balbuceando. - Todo ha sido un malentendido, ellos no tienen nada que ver.

- ¿ Y lo de su señora con la ropa rota ? - Dijo un policía, mientras dirigía su atención en Doña Virtudes. - ¿ Está usted bien, ocurrió algo que prefiera contarnos con más intimidad ?

- Aisss, que va joven, no ocurrió nada, este buen hombre, que es el conserje, tropezó conmigo sin querer. - Mientras tapaba sus pechos con la americana de su marido. - ¿ Dónde está mi Poncho ? ¿ Le ocurrió algo a mi trocito de caramelo ?

Los dos agentes de la autoridad se miraron extrañados entre ellos, debido al ajetreo y escándalo que se había formado allí en unos segundos, ninguno de ellos se percató de que lo más parecido a ser nombrado " Poncho " sería un jodido perro, es más, ese perro, acababa de mearse en mi puta cara de blanquito aficionado al LOL y experto catador de Doritos. Hasta los cojones, aunque hubiesen transcurrido segundos, y aún con los dichosos " grillos " en mis muñecas, solté:

- Su perro está justo a mi lado Doña Virtudes, acaba de orinar en mi faz. - Con voz seca. - Agentes, ¿ podrían quitarnos de una vez las esposas ? - Mirando a uno de ellos. - ¿ Verdad, Don Cés...? ¡Don César !

Don César se encontraba tendido en el suelo, mirándome con cara de embobado, creo que incrédulo de la que allí se estaba montando, sin darse cuenta, de que, nuestro querido Poncho, cómo buena araña de trastero en busca de un chupóptero mosquito, depósito sobre el mocasín de Don César la " tela de araña " en forma de desechos alimenticios procesados por el estómago, en cristiano, mierda.

- ¡ Me cago en todo ! - Grito César. - ¡ Agente, suélteme ya de una puta vez !- Pareciendo un Comandante de Napoleón gritando al enemigo. - ¡Usted!. - Mirando a Don Juanjo. - Por favor, até al perro de su señora, que no pueden ir sueltos, coño !

No me extrañaba que Don César fuese el Presidente de la Comunidad, se notaba que tenía dotes de mando. Aún me acuerdo de la borrachera que nos pillamos ( mejor dicho, que me agarré yo ) en el bar de Angelote y los gritos que me metió, desperté de mi " resaca " en cuestión de segundos, algo así como la escena del recluta patoso pero en versión española de antes de la emisión de " Nodo ".

Sin sorprenderme, el policía, un chavalín de unos 21 años con más complejo de Sheriff de Condado que de Policía ibérico, se acerco a Don César con la cabeza a gachas, retirando las esposas junto a una acción parecida a una reverencia, pidiendo perdón, se le veía verde al mozo. Me recordó a los niños de antaño, cuando su madre descubría cigarrillos escondidos en el desván y " Papi " les esperaba con orgullosa satisfacción sentado en su mecedora preferida, para regalarle una buena dosis de ostias " éticas " mediante una regla de madera de 2 centímetros de grosor... ¡ Aquellos tiernos tiempos !.

Su compañero se acercó a mí e hizo lo propio ( quitarme los grilletes, no chuparme el culo cómo a Don César. Don Juanjo mientras, había agarrado a Poncho en sus manos mirando con cara de desprecio a Don César, ¡ Coño con el de la fe ! menudas miraditas de experto conocedor del infierno que tenía, sin duda, eso no debió aprenderlo en catequesis.

- Don Juanjo, Doña Virtudes, les pido disculpas por mis palabras anteriores, comprenderán el estrés que provocó en mí este malentendido. - Mientras se quitaba el mocasín. - Mañana, si no tienen inconveniente, les sigo mostrando las zonas comunitarias, una vez llegue la mudanza, avisen ustedes para reservar sitio para el camión. ¡Ah!. - dirigiéndose a mí. - Julio, yo me voy a mi casa a ducharme, si eres tan amable, atiende a los agentes y después me comentas.

Don César solventó la mala pasada ( pero efectiva para nuestra liberación ) que le provocaron sus nervios con educación y disculpas, mientras abandonaba el portal rumbo al ascensor. Don Juanjo y Doña virtudes, hicieron lo propio, no sin antes volver a dejar en el suelo a Poncho y muchos, pedir disculpas por cagar y mear en el portal.

Ya sólo quedábamos los sabuesos agresivos y el gordito conserje que os narra el relato. Mientras hacían unas llamadas con sus walkies cancelando " no se qué " códigos, volví a recordar que estaba impregnado de  " meao " de perro y que olía que daba pena.

- Por favor, si no es urgente, acompáñenme un segundo al garito del portero, tengo una habitación allí con aseo y ropa para cambiarme. Efectivamente, tengo una especie de " mini- piso " justo detrás del mostrador de la conserjería.

Nunca he hablado de ello en este diario porque para ser sinceros paso muy poco tiempo en él, la ropa que allí tengo es un mono de trabajo y unas vejas camisetas que uso para limpiar cristales y después tirar a la basura. Evidentemente, no iba a subirles a mi casa, allí tenía trozos de hachís desparramados por la mesa junto a latas de Pepsi vacías todo adornado con porno de " El víbora " para definirme ya cómo el perfecto narco de bajo caché.

Entramos en la trastienda de mi garita, les ofrecí acomodarse y que se sirviesen un café mientras me aseaba después del agua bendita con esencia " perruna " con la que había sido vuelto a bautizar.

- ¿ Quiere usted una, Julio ?. - Dijo el más mayor. - Perdone por lo de antes, parecía otra cosa.

- Si, corto y con leche fría. - Mientras me metía en el baño. - No se preocupen agentes, ustedes estaban haciendo su deber, y sí parecía algo raro de cojones. - Mientras tiraba mi camiseta a la basura oliendo a pis del can de Doña Virtudes. - Pero entiendan que yo acabé meado y el Presidente de la Comunidad cagado en el zapato ( que menos mal que era blandita y no machó el suelo ).

Después de esa charla y tras acondicionarme un poco, nos tomamos el café mientras tuvimos una breve discusión sobre fútbol después de coger uno de ellos una revista de Marca que tenía en la mesa del salón. Saltó con algo del Madrid, siendo el otro del Valencia, espectáculo asegurado señores y señoras.

Una vez que terminamos de tomar el café, nos dirigimos al ascensor, mientras recorríamos el breve pasillo, me paré en observar las paredes, las esquinas, los espejos, estaba todo reluciente, se notaba mucho que mi cambio o mejor dicho, mi propósito de enmienda sobre mi inminente obesidad y la felicidad que brindaba, notándose incluso en el estado del edificio, impoluto, joder Julio, estás hecho un puto máquina.

- ¿ A qué piso van agentes ?. - Pregunté

- Al tercero, gracias. - Mientras se colocaban sus gorras reglamentarias. - Es una revisión " rutinaria " de una casa en concreto, preferimos que usted esté delante, ya que este sujeto se dedica a poner denuncias falsas a la policía por cualquier notificación u aviso.

Ya sabía a dónde iban, había una pareja joven, en el tercero, que se veía que el chaval no era trigo limpio. Por lo que me contó Don César, había pertenecido a una banda callejera y tras varios delitos volvió limpio a la calle. En la Comunidad rumoreaban que era confidente de la policía o algo parecido.

El caso es que apenas salía de su edificio, su aspecto era peculiar, pelo rizado, un poco afro, perilla junto a una barba rozando los años ochenta, todo ello cubierto de un enclenque cuerpo repleto de tatuajes. Sólo se le veía alguna que otra mañana, yendo a comprar tabaco al bar de Angelote, hola y adiós, educado pero todo muy extraño, no se por qué, pero éste tío va a dar más problemas de la cuenta.

Les abrió la puerta la mujer del susodicho ( o pareja, amante, amiga ), invitando de forma chulesca a entrar a los agentes. Estamos hablando de una choni en todas las letras y en el mayor grado de adjetivación de tal apodo. Una melena de oro cobrizo cubría unas atractivas tetas de plástico que solían llevar como traje unas ajustadas camisas de tirantes de leopardo. Su culo era bastante atractivo, recordándome al de una " brasileira ", pero sin duda, su cara, de claro gesto amargo, agrio, cómo si tuviese un palo en el ojete y anduviese tensa, no invitaba a ello, todo esto, se sumaba con su piercing encima del labio, que parecía un grano sumergido en un volcán de pus. Aún así, me la follaba.

Volviendo al tema, los agentes insistieron a Jennifer ( así se llamaba ) a que le dijese a Ricardo ( el susodicho delincuente ), que saliese a hablar con ellos. En gesto de respeto a la intimidad y privacidad de mis vecinos, me aparte considerablemente de metros, pero, fue inevitable, al mirar hacia ellos, percatarme de algo que jamás presté atención en Ricardo, llevaba una pulsera carcelaria ( de las que dan en condicional ) en su tobillo derecho.

Me quedé flipando, por eso venían a hablar con él, yo pensaba en algo de violencia doméstica, trapicheos de drogas, quizás lo que dijo Don César, los rumores acerca de él, no sean tan inciertos cómo dicen. Si bien, confesor cómo tal no creo que sea, cuando lleva " localizador ". Rápidamente, aparte mi mirada de ellos nuevamente, e hice que revisaba el polvo de los marcos de las puertas.

La conversación fue breve, meno de10 minutos, tras ello, me despedí de los agentes y me dirigí a mi piso. ¿ Qué sería lo que hizo Ricardo ?. Sin duda, siendo macarra, " bakala " cómo dirían en mis tiempos mozos, no causaba problemas al vecindario más allá de ser una persona seca y de aspecto " conflictivo ". Incluso yo mismo, minutos antes lo había cuestionado, ahora quizás más, sabiendo su situación.

No reparé más en ello, volví a casa y me dispuse  comer. Preparé algo ligero, arroz con pechuga de pollo, tras comer, empecé a divagar sobre dónde colocar la máquina de pesas. Tras pensarlo detenidamente, supuse que el trastero viejo que tenía la casa, de unos 4 metros cuadrados, era el sitio ideal. Llamé a Don César y le dije que me dolía la cabeza del golpe recibido, que sí podía tomarme la tarde libre a lo que él accedió.

No me encontraba mal, desde crío, siempre fui un chaval fortachón y algo garrulo, la excusa no era para otro fin que el de limpiar el trastero para convertirlo en mi gimnasio. Estuve tres horas limpiando sin parar, hasta que dieron las 7 de la tarde aproximadamente. Decidí ir a mi zona " Chill Out " y relejarme un rato.

Para amenizar la velada hasta ir a ver al comprador, decidí liarme un apetecible " petardo " de algo de hierba que tenía guardada, viendo unos vídeos de peleas de Rusos en internet. Hay que ver estos rusos, que buena gente son, nosotros, no nos conformamos con un móvil de segunda generación, pero ellos, con un tractor por las estepas de Siberia y una quedada para darse de leches los viernes, eran felices, gente inteligente estos hijos de la hoz y el martillo.

Ya era la  hora de ir a recoger la máquina de pesas, no os voy a mentir, no ocurrió nada interesante, viajé en coche hasta el domicilio del vendedor, un tío de unos cuarenta tacos, que mientras me ayudaba a cargar todo, me comentó que se estaba separando de su mujer y estaba vendiendo todo lo que le recordase a ella, al parecer, su abogado ( un amigo de la familia ) se la follaba varias veces al mes en ese gimnasio familiar, concretamente allí.

Todo esto, lo sabía porque contrató un espía cuando se olía la jugada, ahora, tristemente, tras pedir la demanda de divorcio, vive en casa de sus padres... No sé por qué cojones me contaba eso, sólo se que antes de usar esta mierda iba a usar un " desinfectante " para limpiar tal mejunje de infidelidades.

Volví a casa, a la altura del garaje llamé a Ismael ( el hijo de Angelote ), para que me ayudase a subir los aparatos. Accedió sin prejuicios a cambio de un cacho de hachís del " gueno " ( sí, el chaval fumaba, a veces se subía a casa a jugar al FIFA conmigo, y el cabrón fumaba con desparpajo, el mismo que el de Djalminha burlando a Mostovoi en aquellos maravillosos años 90.

Cuando estábamos a punto de subir en el ascensor rumbo a mi piso, me encontré con Jessi, junto a un chico ( supuse que su novio ) muy acaramelada. El chaval, parecía un nórdico, el típico guaperas de 1,90, sonrisa reflectante y flequillo impoluto ( de lejos, por un maniquí colaba ).

El cabrón del novio debía de haber cambiado de coche, ya que en la plaza de garaje que tiene reservada para venir los fines de semana aquí ( no le había visto a él aún, pero sí a su coche ), ya que se dirigieron dirección un viejo honda civic que ocupaba el lugar del precioso bmw 528i que tenía.

Nos saludamos rápidamente, sinceramente, me la sudaba Jessi, su novio y los abogados familiares folla casadas, quería dejar en casa y echarme a dormir. Tras darle a Ismael su cuantiosa recompensa por ayudarme, me quedé sólo y decidí dejar para el día siguiente el montaje de todo. Me dispuse a ir al ordenador, en busca de algo que satisficiera a Manuela, que urgía en su deseo de tener una profunda conversación.

Tras 20 minutos, un porro y no encontrar nada satisfactorio, me distraje mirando mi habitación ambientada cómo un despacho. Aún estaba muy desorganizada, lo más destacable, eran unos muebles que construí yo mismo mediante unas tablas y tubos de aluminio, dando un aspecto diáfano a la habitación, a la vez que proyectando seriedad.

La tenía siempre totalmente organizada, de hecho, era la zona más limpia de mi casa. En ella, ni una mancha, ningún objeto desorganizado, la alfombra, totalmente recta, en ángulo de 45 grados, no existía el caos. Miré a una de las estanterías, dónde guardaba las cartas de los vecinos, a lo largo de la semana, para entregarlas todas los viernes, así sin tener que molestarles a diario.

En ese momento, cómo un cómic, una bombilla iluminó mi apetito sexual, ¿ si me hacía una paja viendo el Facebook de Jessi ? Total, esas galletas María lo merecían, y las chicas de hoy en día todas van con Facebook o redes sociales cómo con condones en los bolsos.

Tras conseguir conectarme, lo primero que vi, fue su foto de perfil, salía ella sola en China, o un lugar parecido, tras una roca, mientras su silueta se reflejaba en ella, todo muy poético, muy armónico. Me fije, que sin ser su amigo, no podía tener acceso a nada más que un puñado de fotos.

Pero en todas ellas, sobresalía un nombre " Pedro Give Me Up ", el cual siempre ponía frases como: " te quiero bb xP ". Supuse que sería su novio o su querido admirador de fantas de naranja, así que cotilleé su Facebook. A ver... de Madrid, 22 años, estudiante... con una relación estable con Jessica "" "". Ostias, es el novio, no le di mucho reparo, pinche en la casilla para ir de retorno a las pocas fotos de Jessi cuando me acordé de que el maromo con el que estaba hoy, era Rubio cómo los pelos del escroto de Prosinecki. ¿ Este es moreno, no ?. Creo que voy a volver a mirar...
 
CONTINUARÁ

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