CAPITULO 18: BITURBOS AEREOS

Rápido Julio, piensa un plan, ella está a escasos metros y se está acercando, debes de hacer algo. El tiempo se me echaba encima, Pedrito " Give me up " había mencionado su " regalo " y el osito se veía claramente cuando atrancó la salida del garaje.

A veces mi cerebro me sorprende, para ser un virtuoso Seat Panda después de una repro mal hecha consiguiendo 20 caballos más y diez problemas nuevos en la centralita. Salté las escaleras de dos en dos, apoyando mi peso entre la pared y el pasa-manos ( para amortiguar el sonido y que no supiese lo que hacía ). Conseguí llegar al rellano, dónde me quite mi viejo mono de " jardinería y derivados ". Menos mal que llevaba ropa debajo, el osito lo introduje dentro del mono, el cual enrollé ý puse debajo de mi brazo.

- Hola Jessica, perdona, tenía una ramita en el zapato, la estaba quitando, ¿ Qué tal Simón ?. - Mientras subía a su encuentro.

- Bien gracias... pobrecito... le dolía mucho... - Dijo Jessica desde el final de las escaleras. - Muchísimas gracias por haber actuado tan sensatamente, la verdad que fui una cría egoísta, me merezco lo ocurrido.

Menos mal, por fin algo de cordura, objetividad y buena intención en las palabras de Jessica. Un primer paso ante los errores que cometemos a lo largo de nuestro recorrido vital, es reconocerlos, enfrentarnos a ellos admitiendo nuestra culpa aunque no escueza.

- No pasa nada, a veces te enamoras de otra persona, incluso teniendo pareja. - Agarrando fuerte el mono para que no se cayese u oliese. - Otra vez asegúrate de no prestar a tu amante la plaza de garaje que paga tu novio, te pasaste de ingenua.

- Jamás imaginé que fuese a venir hoy, toda la semana pasada le dije que viniese, precisamente para hablar de nosotros ( claro, claro... ) y no pudo pasarse, justo viene hoy sin avisar.

Sinceramente, sus disculpas me parecían inútiles frente a mí, yo no era su novio ni el ofendido ( más allá de sus insultos hacia la clase obrera cuando ella trabaja y vive mantenida a sus veintidós patitos por el dinero de papi ). Pero tampoco tenía que aguantar las chácharas de una persona ( por muy galletas maría que tuviese ) cuando entraba a currar en menos de una hora.

- Jessica, tengo que ir a trabajar, ¿ me preguntabas por las llaves no ?. - mientras daba tres pasos hacia mi piso a modo de " indirecta " para que supiese mi intención de dar por zanjada la conversación. - Las dejé en tu buzón, cualquier cosa que necesitéis Simón o tu, no dudéis en pedírmelo.

- Ah vale, por cierto, ¿ Que hizo al final Pedro con mi regalo ?. - preguntó ella.

- Me pidió que lo tirase a la basura y así lo hice, estaba muy cabreado contigo. - Mientras abría la cerradura de mi domicilio.

- ¡ Joder Julio, allí dentro estaba la hierba !. - susurró en bajito pero en tono enfadado.

- Ya lo sé Jessica, pero la policía estaba de camino. - Dije con tono serio. - No sé si lo sabías, pero varios vecinos, viendo la discusión, pensaron que eras una prostituta teniendo una disputa con dos proxenetas que querían marcar su territorio. - Mientras señalaba con el dedo abajo, dirección a las plantas inferiores. - Estuvo hace 10 minutos una patrulla preguntando, yo dije que había ocurrido una discusión entre una pareja del edificio y un conductor por el " ceda el paso " de la esquina, olvídate de la puta hierba, os he salvado de un marrón de tres pares de cojones.

- Jo, tienes razón, perdóname. - Plantándome un beso en la mejilla. - Me voy, ¡ adiós y miles de gracias !.

- ¡ De nada !. - Cerrando ya la puerta y adentrándome en mis solitarios dominios.

Joder, menudo tostón me había dado, aunque ese besito en la mejilla bien había valido la pena. Me había quedado con su hierba y encima me daba un beso, estos chavales de hoy en día, les sacas del programa " Chonis, macarras y viceversa " fundiéndose al instante sus superficiales neuronas.

Ya dentro, lo primero que hice fue ir a por mi caja de luces. Es una cajita de cartón pintada de color azul que uso para cuando vendo objetos por Ebay. Evidentemente, sí, si muchos ya me conocéis algo, hablo de vender el osito. Hice cuatro fotos en distintos ángulos de él y me dispuse a pasarlos al pc, no sin antes sacar la marihuana dejándola encima de la mesa del escritorio.

Tras copiar todo en mi cascado ordenador, abrí la bolsa de hierba para " catar " sus cualidades. Hablamos de una marihuana sativa, muy bien secada ( se notaba que había pasado por un proceso de secado y curación óptimos ). Pero bastante mal cortada, ni el mismísimo Eduardo Manos Tijeras tras una ataque de Parkinson fruto de anfetaminas lo hubiese peor.



Al ser 100 gramos, ocuparon 3 tarritos de miel que siempre guardo para este tipo de ocasiones. Ya tendría tiempo por la noche, tranquilamente, de eliminar los excedentes de hojitas pasándolos por el " Polen Maker " para sacar unos porrillos de resina ricos.

Me quedaba un cuarto de hora para entrar a trabajar, suficiente para liarme un porrito de hierba viendo que tal estaba. Usé un papel especial para la ocasión, de fibra de cáñamo de marihuana, que tenía impregnado un ligero sabor a chocolate. Algunos pensaréis que menuda subnormalidad, pero siendo sincero con vosotros, me gustan ese tipo de papeles de vez en cuando para fumarme un buen verde de hierba. Al dato, esa hierba ofrecía una sugerente textura que empezaba tonteando con tu lengua, jugando con tus sentidos para acabar follando con tu cerebro y pulmones. ¡ Menudo colocón !.

Fui a la cocina y preparé un sándwich de pavo con queso junto a un zumo de frutas prefabricado ( lo que antes equivaldría a suculentos bocatas de nocilla después del fumadón acompañado de un litro de fanta ).

Madre mía, ya sólo faltaban cinco minutos para que comenzase el trabajo, con la tontería, ni me había duchado. Desprendía un olor cercano al trasero de una nutria golpeada por gases intestinales acompañados de eructos con acidez. Sin duda, el ejercicio de ayer junto a llevar sin lavar el " mono " más de medio mes, tenían la causa.

Sonó mi móvil, el timbre provenía del salón, fui a ver quién era, iba tan sumamente fumado que ni tenía intención de cogerlo a no ser que viese una necesidad urgente en ello. Me acerqué viendo en la pantalla que era " Jessi ":

- Oye Julio, ¿ Dónde dejaste el coche ?. - Preguntó. - En el bar de Angelote no se encuentra, las llaves si que estaban en el buzón.

- ¡Ah coño Jessica !. - Exclamé.- Perdóname, se me olvido comentarte, que una vez que Pedro se esfumó, dejé el coche en la plaza de garaje para dar credibilidad a la " discusión por el ceda el paso " que daría en caso de tener que hacerlo cuando llegase la policía, cómo al final ocurrió.

- Genial, oye, muchas gracias y perdóname, voy a comprar unas cositas, después voy a buscarlo, ¡ Chao !. - Mientras que colgaba escuchándose un murmullo de personas en la calle.

Mierda, ya era la hora de trabajar, estaba totalmente fumado y lo que era peor: me apetecía fumar más disfrutando de mi flamante nueva Play Station 3. Acaba de salir días atrás el Fifa 09, me apetecía ver las innovadoras funciones online que ofrecía el juego.

Para rematar un día repleto de mentiras, llamé a Don Cesar, preparando un nuevo plan:

- ¿ Julio ?. - Era Don César al otro lado del teléfono.

- Hola César, ¿ qué tal todo ?

- Bien chaval, aquí con la parienta de camino a visitar a su hermana, cuéntame. - Escuchándose distorsionado, debía ir conduciendo junto al manos libres.

- Hoy hubo una pequeña discusión familiar de unos vecinos en las inmediaciones del garaje, me metí por el medio y sin querer recibí un pequeño empujón con la mala fortuna de golpearme en la frente. - Dije

- ¿ Coño, te encuentras bien ?. - Dijo él con voz preocupada

- Algo, no mal, pero si mareado del golpe, si no te importa, no voy a ir por la mañana a trabajar para así descansar un poco. - Escuchándose a su mujer hablar de fondo.

- Genial, tú descansa, después te llamo, ¡Gilipollas! ¡ Pii Piiii !. - el pito del coche se oía de fondo. - Perdona Julio, un " mascachapas " que se cruzó desde el carril interior por la rotonda, vía libre, descansa. - Escuchándole " rezar " por lo bajo.

- Muchas gracias César, después te llamo, pasadlo bien junto con tu cuñada.

- Gracias chaval, cuídate y descansa.

Llamada finalizada, todo estaba perfectamente planeado. Me dirigí hacia mi consola abriendo una dimensión espacio temporal donde me aíslo de la realidad y junto a mis cascos, me sumerjo en una experiencia interactiva, insultar a la gente por el modo online.

Me encanta ser un troll en el Fifa, disfruto de ello, como con los Call of Duty. En la " Play " voy a ajustes, cambio el tono de voz por uno agudo para parecer un Pitufo, disponiéndome a trolear a cualquier ser humano de habla hispana que allá me encuentre.

Esta vez aposté por un improvisado biturbo de " chocolate " ( no del belga el cual degusta Jessi, jejeje ) junto con hierba, para acompañar las primeras horas de " vicio " al aclamado juego de EA.

Disfrute como un enano, en los cuatro primeros partidos, tuve la fortuna de encontrarme con un facha y un independentista catalán. No cabe mencionar, que a cada uno de ellos, les hice creer que era su " némesis " político. Con ello, conseguí que me respondiesen por el chat del juego ( algo que me gratifica, ver como yo me estoy riendo y ellos pierden el control ). Acabé goleándolos a la par de recibir sendas amenazas mediante los correos privados.

Tras dos hora sumergido en el juego, me di cuenta de que eran las 11 de la mañana aún, quedaba mucho tiempo por delante para seguir viciando. Había una humedad en el ambienta considerable, lo que proporcionaba un terrible sudor a mi cuerpo mezclado con el sudor maloliente que provenía de mi ropa, joder que asco.

Aún así, no me apetecía ducharme por ahora, ya lo haría tranquilamente después de comer y empezar la tarde. Me acerqué al balcón junto con la " chusta " del biturbo para contemplar la bella estampa de ladrillo, cemento y asfalto que adornaba mi " área vital ".

Otra vez, de nuevo, había policía en la entrada del edificio, junto con dos personas. No tengo ni la más remota idea de que cojones habrá ocurrido ahora, pero el Presi me ha concedido la mañana libre así que no es mi asunto.

En un jodido descuido fruto de mi malformación genética durante el embarazo que me trajo a este Universo, el " biturbo " se precipitó al vacío yendo a la zona dónde se encontraban los policías. Pegué un salto, agarrando con fuerza el pomo de la puerta del balcón, llegando a introducirme por completo dentro del piso.

Me agaché en el suelo cómo si de un ninja se tratase, ¿ Les habré dado ? ¿ Habrán visto que caía desde mi piso y que es un canuto ?. Seguramente, por la fumada que llevaba encima, empecé a emparanollarme pensando que los policías serían hábiles sabuesos entrenados de olfato para interceptar estupefacientes a modo de " chustas ".

Cálmate Julio, todo son invenciones tuyas, esa " chusta " habrá caído en cualquier lado, seguramente ni tan siquiera haya sido cerca de ellos. Además, estaba totalmente terminada, puede parecer cualquier cosa antes que un canuto.

Volví a la cocina y saqué una botella de agua de dos litros de la nevera. Un poco de hidratación junto a otro sándwich de pavo aliviarían un poco lo síntomas de la fumada, que se asemejaban más a una película del " Caso Bourne " que a una relajada vida de conserje como se presupone.

Tras ello, me senté en el salón y cotilleé la televisión de las mañanas. Estaba una presentadora, una tal Terelu, que tiene una madre también por ahí, que menudas " manuelas " caían con ella en los años 90. Menudo show era ver a esa mujer por aquellos entonces, y ahora, en pleno año 2009, no se conversaba mal la moza. Manuela me comentó que sentía cómo su presión sanguínea aumentaba, teniendo la inherente necesidad de poder tratar el problema de gravedad ejercido por el escoté de Terelu, así que decidí a aceptar su petición estudiantil.

Cuando nos encontrábamos a mitad de faena, alguien osó a llamar al timbré, no una vez, ni dos, si no cuatro veces. Seguro que era Doña Úrsula, la vecina del primero, que cada dos por tres viene a mi domicilio a echarme pestes sobre su vecina Doña Remedios, a la que no soporta y echa la culpa de que haya " cucarachas " en el primero ( que no las hay, pero bueno... ).

Me puse una bata por encima, para dar la impresión de enfermo y me dirigí hacía la puerta, en un tonto descuido, fruto de la confianza que ejerce el repetitivo día a día de portería, no observé por la mirilla quién cojones era, abrí la puerta de golpe y...

- Hola buenos días, agente Fausto, ¿ es usted el conserje ?

Cojones... ¿ Me habrán pillado con el canuto ?

CONTINUARÁ







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