CAPITULO 46: LOS OCUPAS ( PARTE 3 )

Jessica me siguió el rollo sin hablar nada mientras yo decía en voz alta " joder que putada lo del charly ". Pitufo gruñón saludó con efusión a la señorita Berlut, suponiendo que ya se conocerían de ocasiones anteriores.

Yo ya me encontraba dentro, gracias a Dios pude ver que dentro había más personas treintañeras que yo. No había caído que era un ambiente universitario de letras, concretamente de humanidad y para ser más precisos de historiadores además de filósofos.

En este tipo de ambientes siempre podemos encontrar a los eternos estudiantes, aquellos chavales por llamarlos de alguna manera, que con más pelo en los cojones que en la cabeza siguen creyendo que viven en el "día de la marmota" y que estar de fiesta con post adolescentes es su firme modo de existir.



Eso para mi era una ventaja, ya que algunos sobre pasaban mi edad con creces, siendo una persona casi irreconocible a excepción de los "dueños", que por ahora no se habían enterado.

Nada más entrar fuimos directos a la zona de bebidas alcohólicas, previo pago a Pitufo Gruñón de 10 euros por persona. Allí pude explicar a Jessi lo que ocurría:

- Jessi perdona que te haya pasar este mal trago, pero estos chavales a los que conoces, están aquí de ocupas - Sirviéndome un whisky con hielo a palo seco.

- ¡Ah! - Dijo Jessi sonriendo - Ya lo sabía pero tranqui estas personas son de puta madre, creen en la ocupación auto gestionada, siendo fundamental su integración con la comunidad, supongo que dentro de unos días procederán con los trámites...

- ¿Que tú lo sabías? - Dije en voz baja cabreado - Tía, por este tipo de cosas una persona como yo pierde su trabajo, además, ¿qué tramites?

- Joder Julio... no es para tanto... - Dijo Jessica, demostrando su nivel de niñería - Pues los trámites para acabar mediando con el dueño de la casa y pagar un precio simbólico por su ocupación.

En ese momento miré para otro lado debido al cabreo que estaba cogiendo. Mi amiga o lo que yo creía que era una persona que al menos sentía empatía por mi, es conocedora de que unos putos ocupas van a venir a donde ella viva y yo trabajo. No contenta con ella, no me dice nada, no me avisa, además de parecer según ella algo "normal".

La primera idea que tuve en mi defenestrada cabeza era ir a los rellanos coger todos los extintores y vaciar cada uno de ellos dentro de la tráquea de cada uno de estos cenutrios. Agarré el puto vaso de whisky barato rebajando su contenido por mi esófago en cuestión de segundos.

Mis ojos empezaron a hacer chirivitas recorriendo un cosquilleo nervioso mi frente y mejillas. Mi cabreo seguía aumentando. Sonaba en esos momentos una música algo estridente, como entre quejas y lamentos. Me recordaba a la música de canta autores que ponía mi difunto padre en el coche cuando íbamos de viaje a ver a la tía Enriqueta a Segovia.

Y efectivamente, sin entrar en detalles de sus autores intelectuales, era música de canta autor de protesta española de los años 60/70. Al fondo, junto a la ventana que daba al patio de luces, dos señores melenudos de no menos de 35 años hacían un homenaje a Imanol Arias con sus chupas vaqueras repletas de pines revolucionarios mientras seleccionaban vinilos que colocaban en un viejo toca discos.

En ese momento me tocó improvisar, necesitaba sacar algún dato de estos chavales para así poder echarles de allí por las buenas, sin juicios que demuestren que viven aquí. Piensa, Julio, piensa:

- Jessi, tengo una idea y necesito que me ayudes - Dije susurrando
-¿Qué? - dijo cómo indignada - ¿No querrás que traicione más aún a mis amigos no?

Lo de esta señorita con las traiciones era como pedir a un franquista que no levante el brazo cuando ve un águila volar por el cielo. Aunque estábamos en un instante de la acción donde no había que levantar viejas heridas. La mejor manera de ganarte a alguien traicionero es ofreciendo una oferta suculenta:

- Mira sin rodeos - Susurrando de nuevo - Si me ayudas en todo este embrollo, te doy 200 euros además de 20 gramos de marihuana o hachís, lo que prefieras - Esperando un duro regateo
- ¡Joder! - Dijo sorprendida - ¿En serio tronco? - Mientras daba una vuelta sobre si misma.

En ese momento no supe interpretar si estaba ofendida o ilusionada, sólo sentía una opresión inmensa en el pecho ya que deseaba con todas mis grasas que esto pronto terminase.

- ¡Joder Julio, claro que sí! - Dándome un abrazo - Es muchísima pasta y además verde - Si supiese que ese verde viene de su ex...

Por un lado todo estaba correcto y la balanza de mis mezquinos actos a veces ponía las cosas en su lugar. Podría recriminar muchas cosas de Jessica, pero qué cojones, si yo no soy sincero con ella y mucho menos honrado, no tiene porque serlo ella conmigo.

- Trato hecho - Alargando mi brazo para estrechar su mano - Necesito entrar en la habitación del enano ese que nos abrió la puerta, debo recabar información suya para poder echarles por las buenas de aquí.

- Ven tengo una idea - Agarrándome del hombro - Tú sigueme el rollo - Sonriendo

Nos acercamos hasta la otra punta del salón donde estaba Pitufo Gruñón discutiendo sobre el alma intrínseca de los objetos intangibles con cuatro zumbados de la vida más...

- Oye Gregor - Joder menudo nombre tenía el enano saltarín - Necesito hablar con mi amigo con más intimidad... ¿podrías dejarme un rato tu habitación?

- Joder tronca... ¿no será para...? - Siendo cortada por Jessi antes de tiempo.

- ¡No! - Dijo de forma apresurada - Para nada, mi amigo esta muy triste, su novio le ha abandonado por un cubano de 20 años y está destrozado - ¿Pero qué cojones decía Jessi?

- Emmm... bueno siendo así no veo por qué no - contestó Gregor - Es la habitación justo detrás tuya al fondo, tenéis un pestillo dentro por si necesitáis más intimidad, lo siento tío - Dirigiéndose a mi

En un momento, sin saber qué cojones pasaba, pitufo gruñón, dos chavales con rastas y dos chicas de bastante buen ver se acercaron a mi para darme un abrazo grupal. Supuse que serían cosas de las nuevas juventudes siguiéndoles el rollo, feliz además por tener los tiernos senos de Jessi estrujados contra mi hombro...

Tras unos segundos que fueron eternos y con Manuela a punto de empezar a dilatar los vasos sanguíneos, los pechos de la señorita Berlut se despegaron de mi cuerpo y junto a ello la manada de jóvenes ocupas incorformistas llenos de amor que dar, recibir y usurpar (como la puta propiedad de la vivienda).

- Bueno, nosotros vamos yendo para la habitación, estoy realmente triste - Aprovechándome de la situación agarrando a Galletas María por la cintura - Gracias por todo bebés - Lanzando un besito al aire.

Cuando íbamos a nuestro destino, al Jerusalén de la cruzada comunitaria mi teléfono chinorris sonó, era Don César.

- Cuéntame jefe - Ya dentro de la habitación de Gregor.

- ¿Cómo va todo Julio? - Dijo Don César con voz preocupada - Oigo mucho ajetreo ahí dentro, ¿conseguiste algo de información que merezca la pena? - Con voz agitada.

- Acabo de conseguir acceder a la habitación de uno de los ocupas, por ahora sólo se que se llamaba Gregor y que estudia en filosofía del campus universitario de la ciudad - Cerrando con pestillo la puerta de Gregor.

- Bueno, yo precisamente soy amigo del sobrino del hermano del Decano - Sin entender un carajo de lo que decía - Si consigues sus apellidos ya podemos meter mano por allí - Ya con un tono mucho más relajado.


- Voy a colgar Don César, tengo mucho que mirar por aquí dentro - Mientras ojeaba fugazmente la habitación con mis ojos - Después te llamo - Colgando sin esperar contestación al otro lado.

El muy subnormal de pitufo gruñón había pintado toda la habitación con sprays además de cargarse las putas ventanas para crear una "a" anarquista con un puñetero trozo de cinta americana, la madre que lo parió.

Por lo demás era una habitación ordenada de un chaval de familia adinerada viviendo su aventura de ser un aventurero anti sistema a golpe de flauta y ladrido de perro. Olía a un incienso de rosas que se encontraba depositado en una estantería fatalmente colocada, con cuerdas enrolladas en los clavos para corregir su desnivel.


Tras divagar unos segundos, me puse manos a la obra. Busqué por toda la habitación el DNI o algún documento cómo el carné de conducir para poder averiguar más sobre estos tipejos. Tras estar minutos rebuscando por toda la habitación, no conseguí encontrar absolutamente nada.

- Joder Jessica, échame una mano, necesito encontrar algún documento de este chaval para ponerme en contacto con sus padres, qué seguramente no tengan ni idea de lo que hace su hijo - Mientras seguía buscando.

- ¿Te refieres a esto? - Dijo Jessica mientras sostenía en sus manos la cartera del chaval  - Y aquí está su DNI, su carné de conducir y ....¡Joder! - Grito Jessi llevándose las manos a la boca

- ¿Qué ocurre? - Pregunte extrañado - ¿El pitufo de los cojones está afiliado a la Falange y le gusta el "mambo" ocupa o qué? - esbozando mi típica risa de gilipollas perdido

- Es... es... - Jessi estaba blanca balbuceando... Policia Nacional...

- ¿Poli? - acercándome hasta ella - Joder debo llamar a Don Cés...

- ¿Ey, salís ya de ahí? - Pitufo "madero" gruñón empezó a porrear la puerta desde el otro lado

Piensa Julio, piensa...

CONTINUARÁ


Comparte este blog

Siguiente
« Prev Post
Anterior
Next Post »

4 comentarios

comentarios
31 de julio de 2017, 2:30 delete

Buenísimo como siempre shur!

Reply
avatar
1 de agosto de 2017, 11:30 delete

Siguiente capítulo ya cabrón!!! Por cierto, me leí el blog entero en 2 días

Otra cosa, a partir del capítulo 41 los links de siguiente y anterior que están en la parte de abajo no funcionan, vamos que no llevan a ninguna parte. Pensé que te gustaría saberlo, tal vez se te despistaron. Y estos últimos, a partir del 43, no están en el menú de arriba.

Venga, unos cogollitos por hacerte de betatester jajaja

Reply
avatar
1 de agosto de 2017, 11:32 delete

Jajajaj Millones de gracias! A la hora de comer voy a echar un vistazo! Un abrazo crack!!

Reply
avatar